lunes, 19 de mayo de 2008

Sincericidio


Dice la Real Academia Española que la publicidad es la "divulgación de noticias ó anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.
Una forma de este "arte", muy en boga en nuestros días, es la archiconocida como Chivo ó más técnicamente, como Publicidad No Tradicional.
De No Tradicional va teniendo muy poco ya que la historia de estas menciones de carácter comercial, arrancaron allá lejos con Alberto Olmedo y el afamado "SA...VOY, SA…VOY!" ó aquel otro de los no tan célebres Fideos NUTREGAL que en ocasión de vaya a saber que delirio, sacaba de atrás del sillón para luego compartirlos con el colega Miguel Ángel Álvarez.
Ya en ese entonces lo que se buscaba era que el actor de turno dijera de memoria -así como lo hacía con su libreto- los atributos del producto transmitiendo un mensaje con cierta credibilidad ya que lo estaba diciendo un famoso como parte de su speech.
La degradación se manifiesta hasta en este tipo de publicidad.
Es así como hoy podemos ver en la TV vernácula -por ejemplo- a una Susana Gimenez que al momento de hacer una mención comercial toma descaradamente su afamada carpetita con gancho arriba y se pone a leer el guión preescrito.
Credibilidad?
Cero.
El día de mañana entonces, podríamos estar viendo en un anuncio filmado a los actores leyendo ó como si mañana fuéramos al cine y viéramos a un Pacino haciendo de Hamlet y al momento de trasladarse del pueblo al castillo se subiera a su BMW ó porque no? al ir al teatro a ver la nueva puesta de Alcón el actor interrumpiera en el medio de la obra para hacer un llamado al Delivery de Comida China.
No Tradicional no debiera significar no Profesional.
Debe mínimamente resultar creíble.
Crepuscularmente y en medio de un entorno que denuncia alegremente las peores iniquidades del ser (humano?) o que finalmente se jacata de que todo se debe ver (aún cuando claramente no todo merece ser visto), en un entorno donde se confiesa y se juzga todo -y de todos- me pregunto: ¿seguirá vigente la credibilidad o se avecina un nuevo modelo de publicidad genuina?
La imagen que acompaña el presente opúsculo está pintada en una pared de Av. Jujuy y Constitución.
¿es que alguien se peude sentir atraído por un producto que en su cartel dice vender PRINCESITAS, pero que al momento de ilustrarlas lo hace con tan siniestro "arte"?

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